lunes, 11 de julio de 2011

Punto y final.

Promesas que son hojas que el viento mueve.

Creo que empiezo a  odiar las promesas o ¿serán  ellas las que me odien a mí? 

4 comentarios:

  1. Las promesas son bellas cuando las une un lazo de sinceridad... cuando NO. entonces. Solo dañan a los que en verdad quieren. LINDA ENTRADA :)

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  2. Sí, es muy cierto. Muchas gracias corazón :)

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  3. El problema es cuando las promesas se convierten en mentiras, en palabras que se las lleva el viento. Ahí sí se empiezan a odiar.

    Un beso!

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  4. ¿Pero las promesas no van vinculadas en cierto modo al olvido? Las promesas a largo plazo llevan a eso, a la esperanza y la desilusión. Porque queramos o no, la mayoría de las promesas son imposibles o improbables.

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