viernes, 7 de septiembre de 2012

las segundas partes nunca fueron buenas

Aquí estaba ella, de vuelta. Cambiada, mayor y con un aspecto triste y preocupado. Se podía escuchar a lo lejos gritos terroríficos, que a ella le asustaban. Pero era fuerte o al menos es la imagen que proyectaba. Tenía un truco, mientras tanto en su mente tarareaba esa parte de su canción favorita, una y otra vez, así no sentía tanto miedo. También intentaba recordar grandes momentos de su vida, y mientras tanto aparecieron lágrimas que bailaban en sus ojos quizás al ritmo de la melodía y terminaban precipitándose hacia su mejilla cayendo al vacío, porque ahora sí no había nadie que las parase a tiempo. Estaba acostumbrada a esta situación, pensó que era igual que siempre. Pero sé equivocó. La voz se acercaba cada vez más, se escuchaba nítidamente mientras unos pasos sonaban más fuertes. Ella se estremeció, y recordó la frase que tanto solían repetirle y ahora era tan lejana : " Eres buena, eres guapa, eres importante". Y de repente algo muy fuerte le golpeó la cara, se mareó sintiendo un dolor agudo. Cayó al suelo; contusionada y sin conocimiento, pero podía escuchar esa voz que le repetía continuamente: "Todo esto es culpa tuya". Se preguntó que cuándo terminaría todo esto. Y entonces el silencio apareció

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